Personas mayores, Dependencia, Discapacidad, Cuidador informal, Modelos, Cuidados de larga duración, Servicios de apoyo, Organización y gestión, Coordinación administrativa, Financiación, Prestaciones sociales, Prestaciones económicas, Características sistema, Evaluación de servicios, Cataluña
Para poder transformar las políticas públicas de Cuidados de larga duración (CLLD), hace falta primero entender las limitaciones de las políticas existentes y conocer cuáles son las alternativas viables. En definitiva, hay que saber qué funciona para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y en situación de dependencia, para mejorar las condiciones laborales de las profesionales, y las condiciones en que se provee la cura en el ámbito familiar o no profesional, así como también para redistribuir las cargas de cuidados entre los diferentes actores. Esta es la necesidad de información a la cual búsqueda dar respondida el proyecto ¿Qué funciona en curas de larga duración?, identificando, filtrando y poniendo en un formato accesible la evidencia rigurosa existente sobre políticas y servicios de CLLD; busca facilitar que los decisores y decisoras de política pública tomen decisiones informadas. Además, dada la marginalidad de las CLLD en el espacio institucional —a pesar de su relevancia social tanto en el ámbito productivo como reproductivo—, el proyecto tiene que servir para darle mayor centralidad.
Los objetivos de este primer número de presentación del proyecto son tres. Primero, a partir de la sección segunda y tercera, se ofrece un punto de partida conceptual y de diagnóstico sobre que son los CLLD y como se organizan actualmente en Cataluña. Segundo, la sección cuarta busca entender las políticas públicas principales que componen la actuación pública en este sector, incluidas las características transversales y las personas a las cuales tienen que ir dirigidas. Por último, a través del documento se busca establecer elementos estructuradores por el análisis de evidencias que permitan avanzar a CLLD que sean suficientes, de buena calidad, sostenibles –tanto para las personas que las proveen como para la sociedad en conjunto– y justas –tanto en su recepción como en la provisión, evitando reproducir las desigualdades sociales existentes. La sección quinta y última explica el proyecto.