Productos de apoyo y prendas adecuadas para facilitar la tarea de vestirse y desvestirse
Productos de Apoyo para Vestirse y Desvestirse
Anillas para cierres.
Abotonadores.
Velcros.
Calzadores.
Adaptaciones para cordones (elásticos, etc.).
Clip para pantalón: mango con un clip para recoger el pantalón y acercarlo desde los tobillos.
Adaptación para calcetines: similar a un calzador.
Las prendas de vestir constituyen un código social que facilita la inclusión y la interacción, de modo que es importante velar por que las personas con discapacidad utilicen un tipo de ropa apropiada para su edad.
Pautas de Buenas Prácticas
Aconsejar y ayudar a la persona usuaria si muestra un aspecto descuidado.
Procurar combinar adecuadamente la ropa, los colores y el estilo, y tratar de adecuarla al clima y a las actividades que van a realizar en el día, respetando en todo lo posible sus gustos y preferencias.
Reforzar sus esfuerzos por cuidar su imagen: por ejemplo, hacerle algún comentario cuando se haya cambiado el peinado o cuando estrena alguna prenda.
Animarle a que se mire en el espejo después de haberse arreglado.
Enseñarle dónde y cómo se guarda la ropa.
Para garantizar que siempre disponga de ropa suficiente y en buenas condiciones, ayudarle a revisar regularmente su armario para comprobar si conviene realizar algún pequeño arreglo (coser botones, arreglar un dobladillo, etc.), si conviene renovar alguna prenda de vestir y si hay que echar alguna prenda a lavar. En este aspecto, la familia de la persona usuaria también debe tener una parte de responsabilidad y cuidado.
Recomendaciones sobre las prendas de vestir:
Ser simples y con amplias aberturas. En el caso de personas con grandes limitaciones en la movilidad, conviene que las aberturas se sitúen en la parte delantera de las prendas.
Ser de la talla adecuada, holgadas, para que no dificulten la respiración y la circulación de la sangre. En el caso de personas con grandes limitaciones en la movilidad puede resultar conveniente valorar si resulta más adecuado utilizar prendas todavía más holgadas para evitar forzar en exceso los miembros al vestirle.
Estar siempre limpias.
Estar fabricadas con tejidos agradables.
Tener pocos cierres y, en lo posible, utilizar velcro y anillas en los cierres, para facilitar su manipulación.
Ser siempre de uso individual: no debe utilizarse una misma prenda para distintas personas.
Recomendaciones sobre el calzado
El calzado debe reunir cualidades que aseguren el equilibrio de la persona cuando está parada y en movimiento.
Debe ser siempre de uso individual: no debe aprovecharse el de otras personas.
El material debe ser flexible y preferentemente impermeable al agua.
El zapato debe adaptarse lo máximo posible a la figura del pie, evitando las formas puntiagudas que pueden deformarlo.
Los tacones serán bajos y anchos. La suela flexible, antideslizante y suficientemente gruesa para que no se noten las irregularidades del suelo.
La pala o parte superior del zapato debe ser ancha y alta, permitiendo la movilidad de los dedos. El contrafuerte debe ser rígido para evitar que el pie se salga al andar.
Si la persona no tiene capacidad de deambulación y existe deformidad musculoesquelética, puede resultar adecuado valorar si conviene utilizar un calzado de una talla más grande con el fin de que pueda ponérselo de manera autónoma y de evitar que le haga daño.
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