Puede decirse que, aproximadamente, el 90% de las personas que tienen lesiones cerebrales severas experimentan una buena recuperación física al cabo del primer año: es frecuente que no queden discapacidades físicas visibles -por ejemplo, dificultades para andar-, aunque sí suelen permanecer algunas consecuencias físicas más sutiles y nada visibles -por ejemplo, el cansancio o el dolor de cabeza-.
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