Cualquiera que sea el origen, existen una serie de factores que se han identificando como desencadenantes de las crisis:
En algunas personas tienen una clara influencia los ritmos biológicos: así hay crisis que aparecen en ciertas fases del sueño, otras en las fechas menstruales, etc.
La falta de sueño y el alcohol se reconocen como promotores de crisis.
La supresión brusca del tratamiento antiepiléptico es también causa de crisis.
Existen a su vez formas especiales de epilepsia que se caracterizan por ser provocadas por ciertos estímulos: luces, ruidos, lectura, sustos, etc.