La mayoría de las actividades que realizamos en nuestra vida diaria pueden agruparse en dos grandes categorías: cosas que tenemos que hacer, aunque no las disfrutemos necesariamente (para la mayoría de la gente, las tareas domésticas) y cosas que nos gustan y que disfrutamos haciendo (habitualmente, las actividades de ocio y de relación social). Cuando tratamos de identificar oportunidades de participación en el entorno de una persona con discapacidad es importante que tengamos presentes ambas categorías.
Un punto de partida puede ser hacer un listado de las actividades que nosotros mismos desarrollamos en nuestra vida diaria, tanto en casa como en el entorno laboral:
Por otra parte, a la hora de identificar oportunidades de participación, hay que tener en cuenta la necesidad de adaptar el equipamiento para que exista una oportunidad real de participar. Así por ejemplo, para una persona que presenta dificultades de coordinación puede resultar más útil un cepillo de dientes eléctrico que un cepillo manual y eso facilitará su participación activa en esa tarea.