El aseo comprende el conjunto de medidas higiénicas necesarias para garantizar la limpieza y el buen estado de la piel y de los anejos cutáneos. Permite:
Eliminar el exceso de suciedad, sudor y grasa.
Evitar que se desarrollen bacterias que favorezcan infecciones.
Eliminar las células muertas de la superficie de la piel.
Estimular la circulación de la sangre.
Mantener la piel en condiciones óptimas.
Detectar posibles enfermedades o trastornos.
Proporcionar sensación de bienestar y descanso.
El aseo diario es, además, un elemento esencial en el proceso de socialización de las personas y, por ello, es fundamental ofrecer a quienes no son plenamente autónomas los apoyos que requieran para garantizar un aseo adecuado.