Las fases del proceso
Es cierto que en los casos de daño cerebral adquirido, la experiencia de cualquier familia es única y difícilmente comparable a la de otras. Pero también lo es que, en términos generales, todas las familias pueden pasar a uno u otro ritmo, por una serie de fases. Puede resultar de utilidad describirlas aquí, indicando la evolución de las emociones y los sentimientos que se asocian a cada una de ellas.
Fases del proceso
- Fase 1: "Por favor, que no se muera"
- Esta fase va desde el momento en que se produce la lesión cerebral hasta que se consigue la estabilización -en términos médicos- de su estado.
- La reacción inicial de la familia refleja, por lo general, una mezcla de shock, pánico, incredulidad y negación.
- Su interés se centra en la supervivencia de la persona afectada.
- Fase 2: "Va a ponerse bien"
- Esta fase se produce cuando la persona vuelve a estar consciente.
- En ese momento, la familia experimenta alivio y euforia.
- A veces, experimenta una negación absoluta en relación con el futuro. Esta negación es una reacción típica ante un suceso repentino y grave y consiste en basarse en pequeñas mejorías para justificar su esperanza de una recuperación total.
- Fase 3: "Todavía está progresando, pero es un proceso muy lento"
- Esta fase se asocia al periodo de rehabilitación.
- La familia sigue manteniendo una actitud esperanzada, pero a medida que pasa el tiempo empiezan a desanimarse y a preocuparse por la falta de progreso o por su lentitud.
- En ese momento pueden empezar a experimentar una mezcla de ansiedad, rabia, culpa y depresión.
- Fase 4: "Nunca volverá a ser quien era"
- Esta fase suele darse cuando la persona vuelve a casa y cuando finaliza la fase de rehabilitación médica.
- Tomar conciencia de los daños y de las limitaciones que conllevan y el miedo a que ya haya pocas mejorías desencadenan sentimientos de depresión, rabia y aflicción.
- Fase 5: "Nuestras vidas han cambiado"
- Esta fase es como un punto en el horizonte hacia el que se avanza pero que pocas veces se alcanza.
- Aquí es cuando se toma plena conciencia, de forma realista, de las discapacidades que afectan a la persona y se inicia la aceptación emocional de la situación: se reajustan las expectativas, se redefinen las relaciones y los roles familiares.