Los programas asertivo comunitarios (PAC) surgieron en el ámbito de la intervención con personas afectadas por trastornos mentales graves, inspirados en los postulados de la psiquiatría comunitaria. Los PAC pretenden atender a las personas que, además de sufrir múltiples problemáticas graves, tienen dificultades de acceso a la red de atención (o la red tiene dificultades de acceso a ellos y ellas) y no encuentran respuestas suficientemente adaptadas. De esta forma, los PAC pretenden “hacer efectiva la ciudadanía social de personas y colectivos que, a pesar de ser titulares de derechos sociales, no los ejercen (Llobet, Baillergeau y Thirot, 2012).
De todos los principios metodológicos que rigen los PAC, destacaremos los más vinculados a la dimensión comunitaria y participativa del acompañamiento social:
La idea de proximidad es nuclear en los PAC y también en el acompañamiento social. Es necesario ir al encuentro de las personas en dificultad a su propio medio, salir de nuestro terreno para ir al terreno del otro. Esta proximidad activa tiene varias consecuencias.
Los PAC tratan de identificar los recursos que la persona (pero también su entorno más cercano) posee, para recuperarlos, reforzarlos o complementarlos. En esa línea, incorporan en su funcionamiento el concepto de empoderamiento que ha sido aportado por los movimientos en defensa de los derechos humanos, y entre ellos, significativamente, por el movimiento feminista. Plantea que todo grupo oprimido, y/o desautorizado socialmente (como puede ser el caso de las personas en situación de exclusión social), precisa fortalecer sus recursos y sentir que posee capacidades para impulsar cambios positivos en su vida (Arza y Carrón, 2014).
Este tipo de programas se desarrollan a partir de equipos interdisciplinares móviles que atienden de manera integral en el propio medio de las personas usuarias (su domicilio, las calles de su barrio, una cafetería de su municipio, etc.). Teniendo en cuenta que trabajan con personas afectadas por múltiples problemáticas y en situación de exclusión social grave, la viabilidad de estos programas depende en gran parte de los siguientes factores: de la ratio profesionales/personas usuarias; de la amplitud del horario; de la intensidad de la intervención; y de su duración.
A este respecto, algunas indicaciones que se dan en la literatura especializada son las siguientes: