En el ejercicio de las funciones de apoyo, es frecuente encontrarse en situaciones particularmente delicadas: por ejemplo, cuando se acompaña a la persona al médico, cuando está triste, cuando se le atiende en sus necesidades higiénicas íntimas, o cuando se tratan temas muy personales de carácter confidencial.
En estas situaciones, la calidad de la comunicación entre el personal de apoyo y la persona con discapacidad cobra un papel crucial y crítico: es indispensable centrarse en ella, asegurarse de que ninguna otra preocupación u ocupación puede distraernos de la atención que requiere, y de que hacemos todo lo posible por entender, responder y respetar sus necesidades y sus preferencias.
La forma en la que abordemos dichas situaciones tendrá un impacto a largo plazo en las reacciones y en los sentimientos de la persona y, sin duda, en su relación presente y futura con el personal de apoyo, de modo que es fundamental poner todas las medidas que estén a nuestro alcance para garantizar que nuestra forma de comunicar es adecuada.
Pautas de actuación en situaciones delicadas: