La innovación social es creativa y transformadora
Esta originalidad puede descansar en la respuesta que se dé a la situación-problema o bien en la pregunta que se formule o en el procedimiento para alcanzar resultados deseados; en todo caso, supone una novedad en relación a una vulnerabilidad detectada por la comunidad (Morales, 2009; Aguilar, 2014; Zubero, 2015).
La innovación social es una estrategia
Supone la construcción de un diagnóstico de la situación, identificando causas y responsables, y la planificación y el diseño de una respuesta que aporte soluciones nuevas, y en este proceso modifique, de forma transversal, la situación de vulnerabilidad detectada (Morales, 2009).
La innovación social produce bienes colectivos
Aun cuando se trate de problemas detectados de forma individual, una práctica innovadora supone la coordinación entre agentes sociales que producen un proceso colectivo para crear bienes indivisibles, al menos entre el colectivo de afectados y, por lo tanto, está sujeta a la dinámica de la acción colectiva (Morales, 2009; Brown 2015). (…)
La innovación social redefine aspectos simbólicos de la situación problemática
No sólo produce bienes materiales (o inmateriales) que dan respuesta a situaciones de vulnerabilidad sino que, en el proceso, los agentes sociales innovadores, construyen elementos cognitivos que redefinen la situación social y asignan nuevos sentidos a la situación problemática, a los agentes involucrados y a las relaciones establecidas entre ellos; así mismo, tejen conexiones que conectan diversas vulnerabilidades que les afectan. Es decir, implica;
La innovación social se desarrolla en la comunidad de afectados y la empodera
Aun cuando supone una conexión con distintos actores de ámbitos diversos, se trata de una práctica social de tipo bottom-up que surge de la reflexión y coordinación de la comunidad de afectados (González, Moulaert y Martinelli, 2010; Carbonero, Caro, Mestre, Oliver y Socias, 2012; Oosterlynck et al., 2013; Llovet, 2014; Subirat, 2015).
En esta línea, el Trabajo Social viene insistiendo en la necesidad de diseñar las intervenciones en las comunidades contando con la participación de la ciudadanía y promoviendo procesos bottom-up (Pastor Seller, 2004 y 2010); de hecho una corriente teórica y práctica cada vez más sólida en la disciplina, el Trabajo Social crítico, insiste en la dimensión política de la intervención social y recupera el acervo conceptual metodológico de los aportes que hiciera la escuela de la reconceptualización (Carballeda, 2006).
La innovación social promueve el capital social y redefine relaciones de poder
Densificando e interconectando las redes asociativas y promoviendo el empoderamiento de la comunidad de afectados (Villalba, 1993; Durston, 1999 y 2000).