A la hora de intervenir socialmente desde la perspectiva de la convivencia cívica pueden y deben llevarse a cabo políticas, iniciativas y medidas de distinto tipo. ¿Cómo agruparlas?
A continuación se sugiere servirse de una tipología de cuatro grandes grupos de acciones:
1) qué aspectos negativos se han de superar en la localidad;
2) qué realidades negativas se quieren evitar;
3) qué cosas parece conveniente conservar,
4) qué escenarios de futuro se quieren lograr.
Inspirándonos en esa clasificación, hemos considerado útil –quizá por su similitud con las categorías del DAFO anteriormente considerado– distinguir cuatro categorías: ideas para superar los aspectos negativos analizados más arriba (políticas de lucha contra la desigualdad); ideas para evitar lo que puede prender (políticas de prevención); propuestas para consolidar lo positivo que ya existe (políticas de fortalecimiento), y posibles iniciativas para fomentar lo que aún no existe pero que deseamos trasmitir a la generaciones venideras (políticas de creación de ciudadanía). Los principales elementos en cada categoría se resumen a continuación:
Una vez perfilada la matriz general, la clave está en cómo aplicarla. Tomemos por ejemplo una determinada intervención en el campo de la vivienda: